FUGITIVAS DEL MAR
C.C. Juan de la Cierva. GETAFE. 11-03-2014
a Gloria María Muñoz y a cuantos han participado en este evento
Del aire han surgido palomas y
rosas. Un tronío de helechos con su
verde azulado adorna la sala. Inéditos modismos en espiral de bronce forjan la
memoria de los padres ausentes: el mío, Labrador; el tuyo,
Poeta. Nuestras miradas se encuentran como rizo sonoro que estremece el
alma. Ambas les vemos; están aquí, germinando el terruño con los versos más
dulces para recoger cosecha. Han venido a buscarnos con sus manos abiertas. Sí,
abiertas de alegría, de generosidad… por sabernos
hermanas. Despliegan su levedad corpórea; sus delicadas plumas, ganadas por propios méritos, albergan la tarde cual dos luciérnagas. Un arpa suena a lo lejos, en la distancia más cercana que el corazón cobija.
¿Quién soy yo?, me pregunto,
¿para que estas personas me acaricien toda?. Gloria es un nombre con sonrisa en
los labios, un bolero, una endecha, un tango… Gloria es el agua cristalina que
crece en mis alas. Qué dominio el de la amistad sincera. Cuando escucho tu voz,
junto a la de Paco Díaz, ofreciéndome vida, un retoño florido anida en mi casa.
Y se desnuda el abrazo; los dedos palpitan; la voz se hace verbo y el recreo de
infancia, de adolescente, de madre, de hermana y de amiga se deja alcanzar con
esos motivos de encaje a bolillos que aprendimos de niñas.
¿Qué verdad dirige a los amigos?
“Ya no estás más a mi lado, corazón…” No tengo palabras para expresar con
exactitud el significado de vuestro obsequio. Lo guardaré en lo más profundo de
mi ser para recordar que el mundo no siempre es “una gran mentira”.
Gracias por haber hecho que mis
“Fugitivas del mar” vivan, de algún modo, entre vosotros.
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