FUGITIVAS DEL MAR, DE LAURA OLALLA
(Editorial Pigmalion)
“La negación al desarrollo personal y
social del ser humano, independientemente de sus factores genéticos y
circunstanciales en su balance metafísico, da lugar a la inadaptabilidad del
medio en sus diversas vertientes; de ahí que la sociedad actual (deforme e
incontrolada), se halle siempre en la búsqueda de afectos y efectos equivocados”.
Temas universales, en especial de la juventud contemporánea, dentro del
medio familiar y su contexto social, el rol de la mujer en una sociedad donde aún
enrumban conceptos prejuiciosos y deshumanizantes, y donde se hace cada vez más difícil su
situación económica son los más representativos en el libro de poemas Fugitivas del mar, de la autora española
Laura Olalla. De una sensibilidad que trasciende lo más íntimo del ser humano
y, sin soslayar principios, criterios y emociones individuales, Laura lleva de
la mano a cada mujer lectora –y quizás sin hacer proposiciones urgentes o
revolucionarias--, hacia la necesidad de un horizonte legítimo para la mujer,
no obstante estar todas contenidas dentro de un siglo de amplios avances
tecnológicos.
Madre, hija, esposa, amante…conviven en cada uno de sus poemas, con la
puerilidad de una niña que aspira a desarrollar ilusiones; con la honestidad de
una adolescente cuyos sueños fluctúan entre la realidad y lo que son: sueños, y
la protesta verosímil y, en ocasiones, escalofriante de muchas convocadas al
negocio de la droga o al camino de la prostitución.
Laura no sólo evoca épocas y tiempos pasados o por devenir como misión
aleatoria a sus necesidades como escritora, sino también como justa censura a
la posición de la mujer en sociedades y sistemas adversos a sus aspiraciones.
Su poesía es diáfana, transparente, concisa. No da concesiones como tampoco las
quiere. Aspira a un mundo, a un universo más justo y esperanzador… ¿Y, por qué
no a través de la poesía? ¿Por qué no a partir de millones de corazones que
laten –y continuarán latiendo--, por aspiraciones que se niegan a ser mitigadas?
Fugitivas del mar –al igual que otros poemarios de su cosecha
escritural--, desencadena propuestas a nuestras realidades, a aquellos que con
su poder acostumbran menguar nuestros intereses, a humillar nuestra valía, a
entorpecer y liquidar nuestras vidas.
Así, Fugitivas del mar, más que
un libro poemario, es una exhortación decisoria y fluida del alma y el corazón
de la mujer; de nuestra universalidad como generadora de vidas humanas, como
motor de la especie… Fugitivas del mar,
un poemario para tareas a acometer; para reflexionar y profundizar. Y, en
especial, una obra del corazón de una
escritora valiente –que pueden ser muchísimas más--, capaz de enfrentar la vida
con valentía y quien, además, forja y anima la decisión de continuar luchando
por los derechos universales de cada mujer.
¡Gracias de todo corazón por su obra!
Astrid Barnet Rodríguez,
- LIBRE CON LIBROS - A FUGITIVAS SOMBRAS, de Manuel Pellecín

Breve comentario, por e-mail, de Pecellín, a Laura Olalla, antes de ser editado el libro “Fugitivas del mar” por Ed. Pigmalión. Beturia 2013
Admirada amiga: He disfrutado mucho con tus versos. Gracias por enviármelos. Me gusta tu lenguaje, pleno de
símbolos, no siempre fáciles de entender. Con frecuencia me trae a la memoria la voz de José Antonio Zambrano, uno de mis escritores predilectos. Estoy seguro de que tu libro se ganará muchos admiradores.
Afectuosamente:
Manuel Pecellín Lancharro
4 de enero de 2013.
- REAL ACADEMIA DE EXTREMADURA - A Fugitivas sombras, de Manuel Pellecín
Reseña de Manuel Pecellín Lancharro sobre FUGITIVAS DEL MAR, de Laura Olalla
Natural de Garlitos (1953) y residente en Madrid desde temprana edad, a Laura Olalla, que ya había obtenido otros premios literarios notables, se le concedió el Ciudad de Mérida 2000 por su poemario Laberinto de agua. Suyos son también Estirpe de gacela y En un rincón cualquiera de la casa. Con Fugitivas del mar, libro que prologa generosamente Emilio Porta y lleva un epílogo de José Iglesias Benítez, Olwid (según gusta firmar los cuadros, pues no le es ajena el arte de la pintura) insiste en sus temas habituales: evocaciones de una infancia con la poderosa figura materna, el mar como símbolo multisignificante, la dulce melancolía y, sobre todo, el culto a la palabra.
Es sin duda esa pasión por el lenguaje poético, insistentemente requerido, lo que distingue la obra. Compuesta en versos blancos y libres, casi todos de arte mayor, se inicia y acaba con sendos apuntes en prosa . Tanto en estos como en los poemas todos, Olalla consigue hermosas imágenes, dada su bien perceptible capacidad para las metáforas: “se despeina la noche con su azote de viento” (p. 22); “… un preciso enjambre de abejas/me acorrala el tiempo en su secreto” (p. 27); “cansadas hojas/yacen en el umbral de un viejo lienzo” (p. 30); “herida la palabra/bajo redes de miedo que mutilan los labios” (p. 36) podrían ser algunos ejemplos.
En ocasiones, el vendaval lingüístico resulta abrumador y a uno se
le ocurre, como a Mairena, recordar que, por encima de los eventos
consuetudinarios que suceden en la rúa, sería preferible optar por el
simple lo que sucede en la calle.
Olalla Olwid abraza con ternura los trasgos que le han tocado en
suerte, dándole amoroso cobijo a tantas fugitivas sombras, según cantara el
clásico en inolvidable soneto. Compartiéndolas, el lector agradece que se le
facilite así identificar, acaso dar el nombre exacto, a los de cada uno.
Laura
Olalla, Fugitivas del mar. Madrid, Pigmalión/Beturia, 2013.
COMENTARIO DE EMILIO PORTA
Querida Laura;RESEÑA DE FUGITIVAS DEL MAR POR EL POETA MANUEL QUIROGA CLÉRIGO
Antes que nada, aunque te mandaré un mail más concreto sobre lo que me pides, no puedo dejar de pasar un momento más sin trasladarte lo que pienso de tu obra. Es im-pre-sio-nan-te. El libro me ha parecido sencillamente maravilloso...y la obra pictórica, original, creativa, sorprendente. Realmente no puedo expresar con las palabras exactas lo que pienso de todo lo que has dejado en mis manos. Es un trabajo fantástico, de lo mejor que he leido. Y los cuadros...pues me has dejado casi sin palabras. El poema de la revista no me pareció tan bueno....pero esto, esto, Laura, es fuera de serie.
Un abrazo
Emilio
Laura Olalla: “Nada soy sino delicada
espuma”
Fugitivas del mar., Edita: Pigmalion
Edypro, Madrid 2013, 83 págs.
La propia autora ha escrito unas
palabras para explicar este libro, de las que destacamos las siguientes:
“Creo que en casi todo
texto, fuere o no poético, se reconoce un viaje; el viaje de la vida con sus
logros y sus fracasos. Una continua espera que nos acerca, sobre todo en los
primeros poemas, a la “Odisea” donde una madre (al igual que Penélope tejiendo
un manto diurno y deshaciéndolo en la noche, para protegerse de la adversidad
que la rodea en ausencia de su amado Ulises), espera el resurgir de su
primogénita, perdida en la oscuridad de sí misma. Volcando en la palabra viva
recuerdos infantiles, momentos de un pasado y un presente que nos evoca –con bellísimas imágenes– (palabras éstas,
surgidas de expertos lectores…) en la búsqueda de esa calle en que amarse
presencial y espiritualmente. Dos grandes guerreros en lucha constante y por
diferentes motivos, se despojan de sus miedos y vergüenzas sociales para
dirigir sus pasos, repletos de esperanza, hacia esa unidad solidaria en pos
del reencuentro con uno mismo. Cosa que
ocurre en las últimas páginas del poemario. Una fusión de amor entre madre e
hija alcanza la libertad de dos almas entregadas al reconocimiento de sus
propios errores, y recogidas y aceptadas en la dimensión celestial como ángeles
con otra nueva vida; sin llantos, sin tristezas, sólo en la plenitud de ser
concebidas por la providencia
divina. Fugitivas del mar es una
tea encendida, reflejo de nuestro tiempo, de ese tiempo pasado y presente; que
rebosa la belleza del amor en cualquier océano. Acción y contemplación, dos
ingredientes inseparables para que sus versos fluyan como remanso de paz y
bendición para el lector”
En un precioso epílogo
José Iglesias Benítez recuerda que “Laura Olalla es una poeta de palabra
cálida, de voz honda, de sugerente verso, que nos lleva por ese dédalo sin
minotauro que conforma su alma de mujer, su yo poético…”. Y así, sin mucho más,
adentrarnos en esa poesía vitalista y conmovedora es bastante fácil, porque se
nos antoja cercana, casi personal, íntima, acogedora.”Palabra desnuda” es un
escueto y precioso poema que reseñamos completo: “Ebria de domingos/sostengo tu
imagen,/la desnudez es/tu mayor riqueza./¿A qué altura, dime,/hay que
colocarse/para hablar contigo?/Me avergüenza ser/juguete en tus manos…”. La
poeta, la mujer, está intentando el diálogo, el amable artificio de la
concordia, el sublime espectáculo de reiniciar el mundo, el afecto, a través de
la palabra. Y eso lo viene haciendo durante versos y versos, (“Piensa en mí,
pues yo soy la madrugada”). El mar, los plenilunios, el horizonte, las perdidas
caricias, la esperanza revolotean en torno a versos valientes, decididos,
indagados, plenos de contenido y de significado: “Me llevas la distancia al
país del recuerdo,/donde siempre la vida establece sus normas”. Estamos
recordando los versos sentidos, dolorosos, de Amado Nervo, la cadencia luminosa
de un Juan Ramón Jiménez o la vitalidad acostumbrada de Antonio Machado. Pero
además, Laura Olalla recapacita y
penetra en el mundo de la realidad (“Contrariada de besos/retiro el agua de mis
pómulos./Atravesando edades/contemplo un mar en agonía”) precisamente para
simular una tristeza infinita pero sin olvidar la grandeza del amor, la
maravilla de un amanecer o la satisfacción de una cercanía: “Si estuvieras aquí
brindándome la aurora..”.
La poesía de Laura Olalla
es intensa, musical, generadora de ilusión, plena de significados, maravillada,
con ese color de los sueños difícilmente imaginable en otros casos, profunda
ante los artefactos solemnes que intentan edificar la soledad, concreta,
armónica, amplia en sus expresiones y siempre abierta a las sensaciones que se
nos transmite a través del amor, de la alegría o de la tristeza. No dejen de
leer el poema titulado “La madre”, código del más puro amor, llave para
despejar todas las dudas, infinito camino para la permanencia en la eternidad,
completa solución para borrar el olvido: “Ven, paloma,/mis manos abrirán la
libertad/de nuestros sueños”.
Manuel Quiroga Clérigo.
San Vicente de la
Barquera, 9 de septiembre de 2013.
RESEÑA DE FUGITIVAS DEL MAR por EL ESCRITOR JUAN RUIZ DE TORRES
La
escritura de la poesía es un misterio jamás resuelto. El poeta, un ser pensante
que reacciona imprevisiblemente a los impactos exteriores o interiores, elige
estructuras gramaticales, signos de puntuación, posturas emocionales, para
expresar en versos -o en prosa llamada poética- su particular forma de condensar y lanzar a la posteridad
su capacidad creadora.
Resulta
evidente de lo anterior que, ante un mismo estímulo creador, no ya distintos
poetas, sino el mismo producirá, escribirá muy distintos resultados. Gracias a
ello, la poesía es polimorfa
y sirve a distintos dioses en situaciones diferentes. No hay -por
suerte- ninguna garantía, digo mejor, ninguna posibilidad, a no ser que se trate del peor
poeta de todos los tiempos,
de que dos poemas con el
mismo tema, o "estímulo", de partida, tengan mucha semejanza.
Eso lleva al lector de poesía a
prevenirse contra las ideas preconcebidas sobre un poeta. No importa lo que haya escrito en el pasado, está la
puerta abierta para que nos dé una gran sorpresa con su nueva creación.
Este es el caso de Laura Olalla,
poetisa que ya ha dado numerosas muestras de su buen hacer, y que ahora presenta un nuevo poemario, "Fugitivas
del mar". Cabría haber pensado que el título que cobija los cuarenta y un
poemas de "Fugitivas del mar" tendría estrecha relación con los
textos. En modo alguno: el
"modo poético" elegido por Laura ha sido el polisémico, de
modo que deja abierta a la interpretación de cada lector el contenido de cada
poema, véase cada línea. Ello quizás exaspere al lector habituado al poema
directo, monosémico, pero ese es su problema: leer poesía nada tiene que ver con leer prosa.
Ambos ejercicios mentales son necesarios, como lo son la gimnasia y caminar
regularmente, pero sus efectos son completamente distintos.
Laura
Olalla intenta de muy diversos medios a lo largo del poemario sustanciar,
relacionar sus inquietudes con un esquema textual que provoque reacciones en el
lector que le aproximen a aquellas. Tarea imposible si las hay, pero que el
poeta tiene la obligación de asumir una vez tras otra. Por ello, quizás tenga
más éxito en aquellos poemas en que la economía del lenguaje va pareja a la de los contenidos
semióticos, como
Rosa
que abonas lluvia en mi jardín,
qué yermo estío apresa tu silencio.
¿En que hayedo tu aljibe colmará
mi ansia, mi vergel?("Yermo estío")
Prevemos,
a la luz de lo leído en "Fugitivas del mar", una etapa aún más intensa
en la poesía de Laura Olalla, seguramente menos exuberante pero desde luego aún
más conductora de relámpagos cargados de energía. La
polisemia está bien, pero detrás debe subyacer el hilo conductor que de seguro
une a Laura Olalla con sus lectores más avisados.
Con afecto,
Juan Ruiz de Torres
PRESENTACIÓN DE ‘FUGITIVAS DEL MAR’, DE LAURA OLALLA, POR EL CONCEJAL DE CULTURA DE RIVAS, CURRO GARCÍA CORRALES
Centro Social Armando
Rodríguez, Covibar. Rivas, 10 de octubre de 2013
Quiero en primer lugar, disculpar mi ausencia
sobrevenida en este acto, a cuya protagonista, Laura Olalla, comprometí mi
asistencia hace varios meses. Sucede a veces, sin embargo, que acontecimientos inesperados
nos impiden cumplir con estos gratos compromisos.
Es un honor para mí, en todo caso, formar parte a
través de estas palabras escritas de esta presentación literaria. Y lo es porque
este acto tiene el sabor de las pequeñas grandes celebraciones, la alegría
sencilla de una meta alcanzada con tanto tesón como humildad, con tanto talento
como trabajo. El acto de hoy es el abrazo que le damos a Laura y que confirma
nuestro reconocimiento compartido al camino que lleva andando tanto tiempo.
Quien vive en Rivas y participa de su vida
cultural, sabe que Laura Olalla es una persona comprometida y generosa, que
expresa con su sensibilidad una forma muy personal de lucidez. Laura forma
parte de ese mosaico de gentes de Rivas que hacen de sus inquietudes personales
un pálpito valiente con el que se bombea el espacio común de la ciudad. Y lo
hace sin adoptar posturas artificiales, con la naturalidad que se extiende de
su pasión más íntima: escribir.
Y es aquí donde quiero centrarme, porque el
camino de mi relación con Laura ha sido el inverso: de conocerla por coincidir
con ella en mil actos sobre la vida, de intuir esa sensibilidad, he pasado a
tener la oportunidad de introducirme en su poesía, y para mí ha sido un
descubrimiento muy especial.
En primer lugar, he dicho una verdad a medias que
queda al descubierto para cualquiera que se acerque a su obra: la pasión más
íntima, e intransferible de Laura es la escritura, sí, pero tanto como la pintura.
Prueba de ello es la portada del libro, presidida por un autorretrato de la
autora. Un autorretrato maravilloso.
Este detalle no es menor, porque no sólo nos
revela que el torrente creativo de Laura Olalla se materializa en más de un
lenguaje artístico; en su caso, es tal el grado de expresividad y el peso de su
voz y su mirada propias como artista, que es difícil trazar la frontera entre
la pintura y la escritura.
Sería justo decir que Laura es pintora también cuando
es poeta: lo es por el sentido plástico, evocador, tan sugerente, de las
imágenes que levanta con sus palabras, lo es por el trazo decidido de sus
versos.
El libro que hoy presentamos, “Fugitivas del
mar”, contiene una poderosa declaración de principios en el título. La idea de
“huída” no sugiere sólo el deseo de marcharse o el proceso de abandonar un
sitio físico, una experiencia o un estado vital. Detrás de la idea de “huir”
siempre emerge, allí de donde queremos huir, o allí de donde hemos huido, la
sombra desconcertante del vacío que dejamos, lo que queda de cada uno, de cada
una, cuando se ha ido. El mar como referencia de inmensidad, de universo tan
reconocible como ajeno a nuestro control, se convierte a lo largo de los versos
de Laura Olalla en el depositario de mensajes en botellas que nunca llegaron a
su destino, en el cordel infinito que va hilvanando esas ausencias. Este
poemario es una caracola que nos devuelve el rumor desconocido de un mar con
tantos matices en su azul como las pinceladas del autorretrato de su portada.
Hay versos en “Fugitivas del mar” de cuyo eco es
imposible desprenderse. “Siempre me dejas con los brazos casi / desnudos en tu
pálpito de niebla”, “Le hallo donde el viento me reclama sus formas”, “Me
excede la elegancia del invierno”. El reguero de esas fugitivas es, como podéis
ver, muy fecundo.
Un último apunte, que no puedo dejar de destacar
y que no es casual teniendo en cuenta esa declaración de principios, esa
poética concentrada en el título. El peso en la poesía de Laura de la figura
materna, trenzada con una melancolía que verbaliza en un tono sereno y
reflexivo, y que además de su propia motivación personal y familiar, refleja la
influencia que en la obra de la autora tiene uno de los grandes poetas
españoles del siglo XX, Leopoldo de Luis, quien renegaba de la palabra “patria”
y reivindicaba “MATRIA” porque la madre, decía, es “de donde venimos”.
Laura Olalla nos araña el vacío de tantas
ausencias al mismo tiempo que nos reconforta arrojándonos la madurez de la
reconciliación con nuestro mar y nuestras huídas, las que ejecutamos, las que
seguimos planeando, las que nunca nos atrevimos a hacer. Nos agita, nos
conmueve, nos alienta.
Muchas gracias por este libro y mi más sincera
enhorabuena.
ZARABANDA
DIGITAL
Domingo, 8 de Deciembre del 2013
Mirador Literario de Covibar
Presentación del último libro de poesía de LAURA
OLALLA "Fugitivas del mar"
El MIRADOR
LITERARIO DE COVIBAR tiene el placer de invitarte a la presentación del
último libro de poesía de LAURA OLALLA “Fugitivas del mar”.
El libro
reúne poemas con una temática común: el de la relación madre-hija y “la
incomunicación, el temor de los jóvenes a dejar de ser quienes creen que son,
sin saberlo aún; y la continua palabrería del adulto viéndose impotente ante
reacciones reales de los hijos”, en palabras de la propia autora.
Laura
Olalla es miembro de la Asociación de Escritores de Rivas, y cuenta en su
haber con varios premios de poesía, y cultiva también su faceta de pintora.
El libro
está prologado por Emilio Porta, quien hace alusión a la doble faceta de la
autora aludiendo a “su estilo personal, en parte cercano a la pintura naïf,
pero más profunda, más compleja si cabe. Ella hace sus colores y sus tablas,
crea sus lienzos como hace su Poesía: retratando la vida. Pero no la vida
concreta, sino la vida que sea crea a través de unas percepciones sensoriales
que rozan la memoria y se imbrican en los sueños”.
Acompañarán
a la poeta en su presentación el Concejal de Cultura de Rivas, Curro G.
Corrales, y el Presidente de Escritores de Rivas, José Guadalajara.
La
presentación tendrá lugar mañana jueves 10 de octubre a las 20 horas en la
Sala Miguel Hernández (primera planta) del Centro Social Covibar (junto a las
piscinas de Covibar), metro Rivas Urbanizaciones. MANUEL HERNÁNDEZ.
REVISTA "RIVAS ACTUAL"
La poeta Laura Olalla presentó ayer en el Centro Social Covibar
su último libro de poemas, ‘Fugitivas del mar’. En la presentación
intervinieron, además de la autora, Manuel Hernández, coordinador de Cultura de
Covibar; José Guadalajara, escritor y presidente de la asociación Escritores de
Rivas; y Raúl Sánchez, concejal de barrio de Rivas, en representación del
concejal de Cultura, Curro García Corrales.
El acto, al
que acudieron varias decenas de personas, recogió los comentarios de los
invitados. Guadalajara destacó el “culto a la palabra” de Laura Olalla, en su
primer poema “La palabra es un monstruo con la gracia del cisne”, en el
que, “según la tratemos, puede ser un haz oscuro o luminoso”. Raúl Sánchez
transmitió las palabras del concejal de Cultura, quien valoró el libro como
“una caracola que nos devuelve el rumor desconocido de un mar con tantos
matices en su azul como las pinceladas del autorretrato de su portada pintado
por la propia autora del libro”. Manuel Hernández, por su parte, suscribió las
palabras del prologuista del libro, Emilio Porta, y entregó a Laura Olla una
placa conmemorativa del Mirador Literario que habitualmente realiza la
cooperativa Covibar.
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El MAR es un secreto que
guardas en tu corazón, ya me lo contarás,
aunque sé que nunca "se
acerca porque no puede".
"Es el MAR" (p.32) ... ¿quién es MAR? es el de la mano cálida que "apercibe al destino" (pg30)
el que esparce la voz "como bajel que implora". Pg. 30,31-32 vienen a ser los poemas
núcleo que atraen hacia sí la interpretación general de la obra.
Madre-hija son del MAR, pero como memoria donde el ser se halla diluido en apariencia y forma.
La sed llena el silencio de un pañuelo prófugo como la misma búsqueda de las fugitivas.
"Es el MAR" (p.32) ... ¿quién es MAR? es el de la mano cálida que "apercibe al destino" (pg30)
el que esparce la voz "como bajel que implora". Pg. 30,31-32 vienen a ser los poemas
núcleo que atraen hacia sí la interpretación general de la obra.
Madre-hija son del MAR, pero como memoria donde el ser se halla diluido en apariencia y forma.
La sed llena el silencio de un pañuelo prófugo como la misma búsqueda de las fugitivas.
Fugitivas. Difuminadas, requieren ser nombradas, ser algo, más que sed y
pañuelo prófugo.
Ser desextrañadas del mundo, ser individualizadas, expresadas
como correlación en medio de toda con-fusión: yo-tu... por el poder
de la palabra, como del arte, porque esta es su tarea, la de hacer presente
lo que Merleau-Ponty definía como "prejudicativo".
Como Cézanne, así esta diletante del color y las formas nos presenta
la materialidad de la palabra escrita para darnos la luz desde dentro,
desde esa palabra creadora que funda el ser de las fugitivas en aguas de maternidad.
Curioso es comprobar como la
mujer que por naturaleza ocupa y busca permanecerSer desextrañadas del mundo, ser individualizadas, expresadas
como correlación en medio de toda con-fusión: yo-tu... por el poder
de la palabra, como del arte, porque esta es su tarea, la de hacer presente
lo que Merleau-Ponty definía como "prejudicativo".
Como Cézanne, así esta diletante del color y las formas nos presenta
la materialidad de la palabra escrita para darnos la luz desde dentro,
desde esa palabra creadora que funda el ser de las fugitivas en aguas de maternidad.
en espacios a habitar, se nos muestre aquí fugitiva, como huyendo, haciendo del adjetivo
sustantivo y del accidente sustancia y materialidad del ser.
"Fugitivas", en plural, afirmando el yo en dialogo con un tu y pronunciándose nosotras en femenino,
en la dimensión de la intencionalidad de ser, porque no es laberinto lo que "con-funde", sin salida,
sino fuga de correlaciones en trance musical a lo infinito de expresarse a sí misma en la
búsqueda de la propia identidad. No en vano había intuido Goethe que "lo eterno femenino
nos eleva a lo infinito"... como infinito es el silencio de MAR
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"Participación mística" definía Lucien Levy Brüehl con su finura de etnólogo ese aproximarse a las
significaciones que el hombre primitivo verificaba a través de su lenguaje mítico.
Madre-hija son el yo-tu de la poeta que alza su propia historia expresada como mito.
Antes de Pro-logos y Epi-logos precisamente nos instala en el mito y como si en un cuadro
quisiera entregarnos su pintura nos enmarca su expresión poética que a veces se antoja
pintura en su vocación de colorear el ser de las cosas. Ortega con fino acierto en su mocedad nos da a entender que el marco de un cuadro se diferencia del marco de un escaparate o ventana en que las cosas aquí son vistas como sometidas a la gravitación universal mientras que en el cuadro las formas y valores lumínicos de las cosas están liberadas de la existencia. Es así como estas cosas que en sí mismas peregrinan fugitivas son por el acto creador de la palabra, "fuente del saber" y como "don de la ebriedad" es "molécula del yo" que en sueño insomne celebra en la noche el "banquete de sus nupcias".
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Cuenta una leyenda oriental que Chuang-Tsu sorprendido en tristeza junto a su cabaña, sus discípulos le interrogaban acerca del origen de su mal. El maestro les rogó que escucharan el sueño que había tenido en la noche anterior y causa y motivo de su ánimo. No otro era su problema que el de la propia identidad.
Si en el sueño había soñado ser una mariposa, por qué no podía ser Chuang-Tsu que fuera una mariposa que vivía soñando?
Así, como cuento hermoso se nos abre y cierra el poemario, como una historia contada de madre a hija, de maestra a discípula, enmarcando como si de un lienzo se tratara para ser expuesto y colgado en las paredes del MAR. Toda una vocación de pintora hecho poema por la palabra que se anuncia en azules de su propio autorretrato.
Hilario Martínez Nebreda.
RESEÑA DE PACO DÍAZ, Galerista, Pintor y cantante.
RESEÑA DE GLORIA MARÍA MUÑOZ, Gran estrella de la canción, de voz impresionante...
PRESENTACIÓN de “FUGITIVAS DEL MAR”
por
Hilario Martínez Nebreda. (Escxritor y
poeta).Madrid (20-1-2014)
Consideraciones previas a la interpretación:
1º) La lectura de la obra despierta el sentimiento de estar ante una fuga
musical, que refuerza la misma significación del texto. He tenido en cuenta el
método aplicado por Eugenio Trías en su obra “La edad del espíritu”, de quien
se ha llegado a decir que su filosofía “se percibe por el oído” (Domingo Cía,
citado por el autor en el prólogo de la misma obra). Por esto mismo, he seguido
el consejo de Aaron Copland, la de escuchar con atención las diferentes
melodías, en este caso fonéticas, sintácticas y semánticas, como cuando
escuchamos una polifonía musical.
2º) El análisis de los verbos: atención al uso de las formas verbales,
tanto en sus modos como en sus aspectos que en la obra marcan, a mi entender,
una relevancia de estilo y de semántica. Por ejemplo: la perífrasis del verbo
ir + gerundio, reforzando la sensación de movimiento y fuga (pg. 23, 27, 29,
30, 36, 37, 42, 44, 48, 55, 58, 63, 65, 69, 70, 78).
Predominio de la acción en presente, lo cual, teniendo en cuenta que los
verbos indican más que nada, aquello que pensamos como comportamien- to del
sujeto frente a la realidad, nos hace sentir con mayor fuerza y razón
los imperativos y futuros que discurren en el sintagma. Así como la
reiteración del aspecto verbal, en gerundio, bien adverbial o adjetivo.
3º) La noción de “equivalencia” o “emparejamiento” de Samuel Lévin, como
aproximación a la estructura y configuración de la obra.
Igualmente, la valoración de “las recurrencias” o repeticiones, según las
aportaciones de Hopkins-Jakobson al hecho lingüístico de la “función poética”.
Y que de alguna forma es canon fundamental en la composición musical (Cfr.
Aaron Copland ).
Aproximación al texto
Fugitivas. Sin embargo, al encuentro… de modo imperativo: “encuéntra- me”(pg.
22) ¿al encuentro de qué? y suplicantes por “la sed del encuen- tro”(pg. 54),
una tautología: encuéntrame… “en el encuentro” (pg. 68). Y, a su vez,
paradójico, ¿como se puede ir al encuentro de y ser un fugitivo? Aquel que sale
al encuentro de alguien o de algo suele ir orientado a lo que busca. No así,
quien por instinto primario huye a la deriva y va confuso. Con razón dice
Benítez “acabas de salir de un laberinto” y Emilio Porta nos anticipa estar
delante de un libro nada simple ni sencillo de leer.
Adentrados en una selva-silvas de versos, estas fugitivas se nos
identifican en su rol familiar: una madre (pg. 23) y una niña, la hija (pg.
37), siempre en fuga, “nosotros los errantes… frente a lo que perdura”, en
medio de las cosas, también fugitivas…“Ellas, las fugaces/ confían en nosotros,
los más efímeros, seamos capaces de salvarlas”. ( Cfr. Rainer Rilke, soneto 22,
de “Sonetos a Orfeo” y 9ª Elegía). Pero ¿cómo recobrar la conciencia de “lo
permanente” y entregarnos a este empeño, si “nada soy… un sueño”… que le
“crecen, como al trigo alas de mariposas”? (pg.24). ¿De qué modo, si es- tas
fugitivas no saben de su propia identidad, a semejanza del maestro Chuang-Tsu,
que según la leyenda oriental, tras un sueño, no sabía decir a sus discípulos
si había soñado ser una mariposa o si, por el contrario, era una mariposa que
vivía soñando?.
Fugitivas del mar… ¿acaso,
de aquellas suplicantes de la tragedia de Esquilo que huyendo de Egipto
atravesaron el mar para entrar en la tierra de Argos? ¿Suplican libertad,
justicia y piedad o es que huyen simplemente de “una impía violencia” que las
ha sacado de si, enajenándolas ? A esto parece aludir “voy a contarte una
historia…” (pg.13)
“Encuéntrame”… ¿En el sueño?... Y ¿qué pueden recibir y dar en el
encuen- tro estas fugitivas qué no saben de sí mismas? …
Gastón Bachelar, maestro de lectura e interpretación poéticas, decía:
“La lengua de los poetas debe ser aprendida de forma directa”.
Y de forma directa leemos el primer verso de Laura:
”La palabra se abre en la fuente del saber”…
Pero también añadía: “deberían organizarse dos vocabularios para estu-
diar, uno el saber, el otro la poesía”… ¿El saber? Y ¿qué es lo sabio o el
saber?
Cuando Penteo, Cadmo y Tiresias, se acusan de locura e insensatez, el coro
de ebrias fugitivas en las“Bacantes” de Eurípides se preguntan: “¿Qué es lo
sabio?”… “No envidio el saber”, afirma el coro. Y sentencia: “to sophón ou
sophía”, “lo sabio no es sabiduría”.
¿Será más cierto “la terrible cordura del idiota?” Sin embargo, no parece
sea esto lo que garantiza al hombre una vida feliz.
Laura se auxilia en pensar y saber decir la sabiduría, a semejanza de Sem
Tob (coplas 690-705) en su libro de Proverbios. Recurre a las “maqamas”, a la
tradición medieval hebreo-árabe, a fin de discernir y encontrar la palabra, en
cuanto valor para sí misma.
“La palabra se abre en la fuente del saber”… Cuando suplican las
fugitivas: “encuéntrame”, lo que piden es la palabra, como valor que sirve para
ellas. No la palabra del saber, aunque saben que está ahí, sino la palabra
poética, la palabra “con la gracia de un cisne”, la palabra con misión
escatológica, la que hace “plácidos los labios/ que asisten al banquete de sus
nupcias”, es decir, la palabra que puede hacer feliz.
Estas fugitivas, madre-hija, por ser uno, están como diciendo: Yo,
fugitiva, quiero ser nombrada, ser algo más que sed (Pg. 21, 31, 32, 44,
55, 75-apreciar la paradoja) y “pañuelo prófugo”(pg.31). Necesito ser desentra- ñada del mundo,
individualizada, expresada como correlación en medio de la con-fusión de todo
lo fugitivo, fundar, colorear el ser en la materialidad de la palabra escrita,
para colgarlo como un lienzo.
Al terminar de leer este poemario de Laura, delicia lírica, bien escrito,
en verso libre con alternancia métrica, que nuestros clásicos llamaban silvas,
y en el cual no se niegan otros recursos y variantes formales, apreciamos que
Laura nos ha golpeado antes la atención con un auto-retrato, que se anuncia
en azul. Y una afirmación de bodas en una imagen nostálgica. Pero más nos
interesa ese abrir y cerrar el libro como si fuera una historia contada de
madre a hija en la hora de la siesta. ¿Se quedarían dormidas en la mitad de su
relato y lo demás ya es un sueño?
Y fundamentalmente nos importa, porque Madre-hija son el yo-tu de la poeta,
que alza su propia historia a la categoría de mito, anteponiéndose, por lo
mismo, a Pro-logos y Epi-logos, celosas Esfinges, custodios del texto
(magníficamente escritos por Emilio Porta y José Iglesias Benítez, comple-
mentándose en sus análisis).
Estan ahí, mytos, expresión poética coloreando el ser de las
cosas, surrea- lista, para evitar la tentación del écfrasis. Y místicas.
“Participación mística”, define Lucien Levy Brüehl, con su finura de
etnólogo, ese aproximarse a las significaciones que el hombre primitivo
verificaba a través de su lenguaje mítico. Y las enmarca.
Ortega y Gasset, con acierto y moza sensibilidad nos da a entender que el
marco de un cuadro se diferencia del marco de un escaparate o ventana en que
“las cosas, dice, son vistas como sometidas a la gravitación universal,
mientras que en el cuadro las formas y valores lumínicos de las mismas están
liberadas de la existencia”.
Así también las cosas, que en sí mismas peregrinan grávidas y fugitivas,
son por el acto creador de la palabra, “fuente del saber”,“don de la ebriedad”
(Cfr. Claudio Rodríguez) “molécula del yo” que sueña insomne en la noche la
celebración del “banquete de sus nupcias” (pg. 21).
Apasionada del color y de las formas, Laura nos presenta la materialidad de
la palabra escrita, como si hubiera aprendido de Cézanne a darnos la luz desde
adentro. La mastica para darla como el ave que alimenta a sus crías, fundadora
del ser de las fugitivas en aguas de maternidad.
Sorprende ver y comprobar que la mujer, que por su naturaleza busca y
permanece en “espacios a habitar”, se nos muestre aquí como huyendo, fugitiva,
haciendo del adjetivo un sustantivo y del accidente una materialidad del ser.
“Fugitivas”, en plural, afirmando el yo en diálogo con un tú,
pronuncián- dose nosotras, en femenino, en la dimensión de la intencionalidad
de ser, porque no es el laberinto sin salida, sino la fuga de las
correlaciones, en trance musical a lo infinito, trance de expresarse a si
mismas. Ya lo había intuido Goethe “lo eterno femenino nos eleva a lo
infinito”… como infinito es el silencio de MAR.
“Es el MAR…” (pg. 32) Y ¿quién es MAR? La poeta nos dice que tiene “la
mano cálida” y “apercibe al destino” (pg. 30), esparce la voz “como bajel que
implora” (pgs. 30, 31, 32). Poemario proteico, no podía menos de sugerirnos el
umbral de otra dimensión.
Madre-hija son de MAR, pero como memoria, donde el ser se halla diluido en
apariencia y forma.
La sed llena el silencio de un pañuelo prófugo como la misma búsqueda de
las fugitivas. Nos queda la palabra, diría Blas de Otero, la apertura dialogal
del yo-tu que ya en sí misma augura y funda el ser por estar en sí abierto a lo
posible, fundamentalmente en la palabra que se dice: “Rosa…” (pg. 57).
H.M.Nebreda. Escritor…Madrid
(20-1-2014)
Presentación de
FUGITIVAS DEL MAR, de Laura Olalla, por el Pintor Paco Díaz. Getafe- 11-03-2014-
Madrid
Querida Laura: como bien sabes, mi
toma de contacto con la poesía fue con motivo del homenaje a otro poeta, VÍCTOR
MANUEL MUÑOZ, que como todos recordamos, se celebró en mayo de 2013. Aquel día
tú y yo recitamos parte de su obra.
En aquellos momentos, desconocía tu
faceta creadora como pintora, faceta que hace que ambos tengamos un común
denominador, LA PINTURA, y a través de ella, la creación e interpretación de
vivencias, trasladadas a esas tablas y a esos lienzos.
Esto, sin duda, me hace estar en
“SINTONÍA” con tu forma de entender la vida.
Cuando me invitaste a la presentación
de FUGITIVAS DEL MAR, dudé en algún momento el aceptar tu propuesta, ya que
pensé que poco más que mi cariño podría aportar a este acto.
Ahora, después de haber leído
detenidamente tus poemas, he ido descubriendo en ellos, tu profunda
sensibilidad y también un alto grado de expresividad.
Me viene al recuerdo, algo que me
dijo MIGUEL RECUERO, excelente pintor y gran amigo. Él decía “Lo más importante
de una obra, no es sólo la buena técnica para ejecutarla, sino que el que la mire, descubra cada día algo nuevo en
ella”.
Este ejemplo tiene vigencia en tu
libro, ya que al leerlo, descubres en cada poema, percepciones personales sobre
la vida, que trasladan al lector un efecto de amor y libertad, totalmente
gratificantes. Sobre todo en estos momentos que nos ha tocado vivir, donde
escasean, como tú sabes, estos valores. Por eso tu obra abre una puerta
importante a la VIDA CON MAYÚSCULA.
Será muy bonito que, en tu próximo
libro, que seguro escribirás, te plantees seriamente, combinar tus poemas con
ilustraciones hechas por ti.
Te deseo muchísima suerte. Un abrazo.
Paco Díaz. 11-03-2014
Comentarios sobre LAURA OLALLA, por la Directora del grupo de mayores del Centro C. Juan de la Cierva, Dña. Gloria Mª
Muñoz, en la presentación de su libro “Fugitivas del Mar”. GETAFE- 11-03-2014
Laura
Olalla, mujer sutil, enigmática, sensible, luchadora, fuerte y tierna a la vez;
artista polifacética, una gran showwoman a la que admiré nada más conocer. Las
inflexiones, los matices, el color de su voz, alimentaron aún más el sueño de
mantener viva la obra poética de mi padre, y cuando escuché sus poemas en la
voz de Laura, un escalofrío recorrió mi cuerpo y di gracias al cielo por
ponerla en mi camino.
Hoy me
siento orgullosa y alagada por estar junto a ti en la presentación de tu
exquisita y delicada obra “Fugitivas del mar”. Si ustedes me lo permiten,
recogeré un breve comentario de algunos de los autores que han leído a Laura…..
Fugitivas del mar
PRÓLOGO
Conozco a Laura Olalla Olwid
desde hace ya algunos años. Años en los que hemos compartido mucho de lo que
tiene de bueno esta profesión de las Letras y también alguna decepción en el
camino. Porque el camino de todo artista tiene un horizonte al comienzo y una
línea de llegada que, normalmente y si el artista lo es de vocación, continúa
hasta el final de sus días. En ese camino el artista, el escritor, el poeta, va
dejando huellas que, al mismo tiempo, conforman su identidad, hacen de su obra
la referencia obligada de sus pasos.
Laura Olalla tiene,
lleva con ella, una extensa y significativa obra poética. Y también pictórica.
Pues estamos ante uno de esos casos en el que el poeta pinta y el artista, la
pintora en este caso, hace Poesía. Confieso que cuando descubrí esta faceta de
Laura me quedé sorprendido. No tanto por su capacidad expresiva, múltiple, sino
por su estilo personal, en parte cercano a la pintura naif, pero más compleja,
más profunda si cabe. Ella hace sus colores y sus tablas, crea sus lienzos como
hace su Poesía: retratando la vida. Pero no la vida concreta, sino la vida que
se crea a través de unas percepciones personales que rozan la memoria y se
imbrican en los sueños.
Laura Olalla ha
sido, siempre, además, una escritora tenaz, que ha trabajado su vida y su obra
contra viento y marea. Perteneciente, como yo, a la Asociación de Escritores y
Artistas, a la que llegó de la mano de una gran amiga y poeta, que ya no se encuentra
entre nosotros, Encarnación Huerta Palacios, nuestra inolvidable Encarnita, ha
ganado con su obra poética varios importantes premios, entre ellos el Premio Nacional Ciudad de Mérida, premio
insignia de su tierra extremeña, tan de descubridores de tierras y universos,
tan suya y de tantos amigos personales míos. También ha ganado muchos otros
premios de prestigio y ha sido antologada ampliamente a nivel nacional e
internacional.
Y seguimos el
camino marcado por la propia historia de los escritores afincados en Madrid,
aunque en mi caso haya viajado tanto fuera que me considere un escritor español
y universal. En esa historia Laura y yo hemos coincidido en muchos actos y
empeños, el último la pertenencia a la primera Asociación de Escritores en la
Red que se ha creado legalmente en el mundo: EnR, en cuyo seno ambos tenemos
nuestros blogs, nuestras páginas personales. Porque ambos, tanto ella como yo y
otros compañeros, tan amantes del papel, no hemos podido dejar de dar el salto
a un medio que añade, no resta y al que las generaciones futuras van a colocar
en primer plano de la comunicación.
Pero vayamos
con su libro actual, este libro que ella, con afecto infinito, me ha pedido que
prologue. Y que voy a hacer con gusto para abrir el deseo de que sea leído,
pues no otra es la misión de todo prólogo: abrir la ventana que lleve al
interior de la obra, lo que verdaderamente importa.
Hay que señalar, en primer lugar, que esta es la cuarta entrega de Laura Olalla en
solitario, y, siguiendo lo que decía Leopoldo de Luis, intenta, como escritora,
incidir en la realidad de su tiempo, discurriendo por caminos que, en parte,
reflejan su vida personal, y en otra, anhelos universales compartidos en los
que el amor, el dolor, la lucha y la esperanza son elementos constantes.
Debo reconocer
que tengo una debilidad por los libros cuyo título me gusta, me dicen algo. Y
el título de este poemario de Laura Olalla Olwid me gusta: Fugitivas del mar. Un
título que contiene dos conceptos que amo: la idea de escapar, de marcharnos de
la realidad, y la idea del lugar de la huida: el mar, lo más cercano al
infinito que existe en la Tierra. Lo inmenso, lo anónimo, lo inabarcable. Y
también lo profundo y misterioso. Porque el mar es la suma planetaria de todos
los misterios ocultos. En él nació la vida. Y en él se esconde.
Y, sin
embargo, ese mar no es solamente agua. Es tierra. Porque la poeta es muy de
tierra. Ama la tierra y sus frutos. Ama lo que la puebla, lo que la convierte
en un jardín y un bosque y una huerta y un lugar de estancia y vida. "El horizonte se nutre...de esta
estancia coronada bajo la luz del cielo" nos dice al comienzo.
Un horizonte, en este caso, ya de cosas concretas. Cosas con las que la
poeta coexiste.
Y, en primer
lugar, la palabra, a la que la poeta llama "isla
olvidada"...y, sin embargo, esa isla es en la que habita el
conocimiento, la que transmite la sabiduría, la recoge y la expresa. "La palabra se abre en la fuente del
saber, se orienta con la brújula del tiempo, es un fluir reposado, como un
viento ligero, es un hilo de seda en manos alfareras". Pienso que
estos versos del libro del que ahora hablamos ya valdrían para no cesar en la
lectura que prefiguran. A mí, personalmente, me llegan de un modo que me
incitan a empezar a crear esa relación mágica que todo buen lector debe tener
con un libro de Poesía.
Y hasta
aquí...puedo decir, diría uno de esos conductores de concurso que dan indicios
de la respuesta y podría ser así, pero no debo ni puedo quedarme en la
sugerencia. Aunque tampoco explicar demasiado. Porque la Poesía no se explica,
se bebe. Si, se bebe, como agua de azahar o zumo de frutas, alimentando el
cuerpo y el espíritu.
Hay amor en
los versos de este libro. Amor en sus páginas. Amor en sus poemas. Amor como
tema, pero también como sustrato. No se puede escribir un buen libro si uno no
ama lo que construye. Y yo veo amor de la autora detrás de cada página de
Fugitivas del Mar. Amor que, además, conlleva afirmación, pues, en cada poema
del libro, ella va desgranando la vida y sus anhelos, y se va desgranando a si
misma ("Dejadme reposar en el camino
inédito. Dejadme caminar por su desplazamiento") en un recorrido poético
personal, que el lector hace universal, y eso para mi es un valor fundamental
en un libro de Poesía.
Camina, sí,
camina Laura Olalla siendo ella misma fugitiva, pero yendo al encuentro: "Abandona el sujeto su yo para perpetrarse en
el otro. No sabe de la ciencia que dicta el equilibrio y, sin embargo,
accede". Y eso determina que la escritora no se detenga. Que, incluso
a ciegas, quiera descubrir, ir más allá, acercarse al lugar donde el misterio,
que es la vida, habita.
Hay pensamiento, reflexión, en la
Poesía de este libro. Y eso es, para mí, una condición básica de
la Literatura. Y la Poesía, no le demos más vueltas, no es más - ni menos - que
un género literario. Excelso a veces, eso sí, porque la buena Poesía necesita
del ritmo, la armonía, la belleza y el conocimiento del lenguaje, la
concentración y la sugerencia, saber ser en la intención. Y eso es mucho.
Hay, en esa intención,
generosidad, también. Y eso es una virtud del contenido. La forma por si sola
es un adorno del vacío. Y eso no ocurre en Fugitivas del Mar. "Cuando la dignidad del Hombre se
descubre a sí misma en el ángulo insonoro del cerrado mortal de los sucesos, el
don de darse revierte en uno mismo". Bello postulado para un gran
deseo.
Pero la poeta sigue escapando a
través de entrar a fondo en lo concreto. Así lo hace en “La camisa” y en otros
muchos poemas del libro que nos hablan de cosas cercanas, cotidianas. Y, sin
embargo, siempre detrás está la idea de eternidad, de asunción de la luz
imposible como en los extraordinarios poemas “El mar me sueña” y “El mar se
inquieta”.
No, no voy a desgranar todo el
libro, aunque tentado estoy de dejarme llevar por esa corriente que incita a la
huida y, a la vez, al recogimiento. No es misión de esta apertura enseñar todas
las estancias del castillo. Voy a dejar al otro caminante, al que se enfrenta
al libro desde la perspectiva del lector, el descubrimiento de un libro que
añade mucho a la obra poética de Laura Olalla. Y eso es lo único que hay que
pedirle a un autor: que al caminar avance siempre.
Fugitivas del Mar no es un libro
sencillo. Mejor dicho, no es un libro simple. Es un libro que abre,
continuamente, cauces al pensamiento y a la reflexión. Esa es la Poesía que a
mi me gusta. La que dice…y dice bien. No la que se queda en mero adorno de una
realidad manida y mil veces cantada. El canto de Laura Olalla aquí no es mera
lírica vacía. Cuida, además, la autora, la técnica y da al libro el ritmo que
toda buena obra poética debe tener. Ella que ha escrito parte de su obra en
bellos versos alejandrinos, utiliza aquí el verso blanco italiano bien, con la
excepción de
un poema –Palabra desnuda –
escrito en verso castellano.
Laura Olalla, que también
transita por la modernidad y los juegos de lenguaje, que es capaz de preguntar “si ha cambiado de número la aurora”
ante una llamada invisible e imposible, nos ofrece un libro que no es un libro
más. Es un poemario intenso, lleno de vida, y que arde en sus páginas de esa
pasión contenida por obtener de la existencia el máximo que nunca nos da. Pero
se busca.
Ella “viene del ayer”. Pero nos entrega este hoy lleno de belleza y
calidad literaria.
Emilio Porta
Escritor y Vicesecretario de la Asociación de Escritores y Artistas
Españoles.
RECOMENZANDO
Querido
lector: estas palabras no son el final, ni siquiera son para el final… más bien
deberían ser palabras para el inicio, no para introducir el texto, esas ya las
ha puesto, magníficas, Emilio Porta, sino para el reinicio; palabras que animen
a recomenzar la lectura, tras el conocimiento de las profundidades de las que
huyen la autora y sus afectos.
Querido
lector: un libro de poesía es como un laberinto. Entramos en él y vamos
perdiéndonos por los recodos del alma del poeta, de la poeta, que nos emociona,
nos alegra y nos entristece, nos hace levantar los ojos al cielo de su verbo
entusiasmado o nos obliga a bajar la cabeza para ver los oscuros designios de
una vida rota o de una esperanza deshecha. A veces avanzamos por él,
sorprendidos por un verso rutilante, y a la vuelta de la esquina, de la página,
nos encontramos la belleza sobrecogedora de un pozo sin fondo que nos atrapa en
sus honduras. Querido lector, acabas de salir de un laberinto.
Y yo quiero
animarte a que vuelvas. A que penetres otra vez entre sus setos, sus paredes,
sus trampantojos deslumbrantes.
Laura Olalla
es una poeta de palabra cálida, de voz honda y sugerente verso, que nos lleva
por ese dédalo sin minotauro que conforma su alma de mujer, su yo poético o,
mejor dicho, sus “yoes” poéticos. En Fugitivas del mar los distintos personajes que le conforman su persona vienen
y van, convertidos en madre, en hija, en su verdadera madre y en sus verdaderas
hijas, en las recreaciones que su yo encarna sucesivamente como madre o como
hija, como mujer completa siempre.
En este
libro que acabas de leer, querido lector, todos somos fugitivos. Todos
acompañamos a estas “fugitivas” en una huida hacia no sabemos dónde, hacia no
sabemos qué. Con un buen puñado de metáforas inquietantes, un fuego de espejos paralelos, Laura nos refleja una y mil veces
sus imágenes repetidas y su yo, que
es mi yo –nos aclara-, nuestro propio yo, se ve llevado y
traído por un laberinto (que quizá sea de agua, como nos indica en otro de sus
libros) en el que buscamos inútilmente la salida, para terminar encontrándola
huyendo con ella, con ellas, fugitivas del mar, fugitivos todos de la oscuridad
sin salida del mar (qué verdad de frío se
palpa en sus herrumbres). Con un desatado juego de paradojas, la poeta se enfrenta
y nos enfrenta a la ebriedad de la vida, a su inconstancia, a su
inconsistencia, a sus mentiras y a sus trampas. Y sin embargo, después del
dolor, de todo el dolor compartido, llega la resurrección y el amor a la vida que se reinicia (otra paradoja)
sin haber terminado todavía. Y la huida final, el refugio en la memoria (la existencia es memoria, en afortunada
cita de Emilio Porta) Y en la memoria, el origen: el principio en el final.
Todo recomienza.
José Iglesias Benítez
(Profesor, Escritor, Poeta y
Presidente De Beturia)
Fugitivas del mar no es una huida
hacia lo desconocido, no es un intento de abandono por parte de la poeta de sus
compromisos con la vida y con los hombres. Muy por el contrario, este poemario
es un reencuentro con lo más esencial que tiene la vida; es la búsqueda
impenitente del amor llevado a lo más sublime; es, como la metáfora del mar, un
regreso a las playas barridas por las fuertes y bravas olas del desamparo,
donde la poeta busca y encuentra su propia resurrección en el amor, el refugio
de la memoria. Este libro es un volver a empezar de nuevo en la vida de la
poeta; una llamada de esperanza desde los laberintos insondables de la vida.
Laura vuelve a ser aquella joven que hace algunos años, llena de esperanza y
amor, nos entregó su primer libro titulado Estirpe de Gacela.
Pero mejor que mis torpes palabras,
escuchemos la voz de la poeta.
Ricardo
Hernández Mejía:
Antólogo,
Escritor y Presidente de FAECAM (Federaciones de Asociaciones Extremeñas en
Madrid/ España.
BREVES COMENTARIOS DE OTROS ESCRITORES:
·
enhorabuena
JOSÉ
LÓPEZ MARTINEZ ADEYA
14:45

Para: Olalla Olwid
Querida
Laura, gracias por el envío de "Fugitivas del mar", un libro
importante en tu obra. Lo he leído con la atención que mereces, que siempre es
mucha para mí. Bien lo sabes. Preciosa también la portada, con un autorretrato
admirable. Aparece en él la Laura Olalla etérea y personalísima de los felices
recuerdos de nuestra amistad, cuando esa amistad congelo momentos inolvidables
con amigos entrañables. Gracias por la dedicatoria y un abrazo grande de Julia
y mío para tí. José López Martínez.
Breves palabras enviadas por Luis Alberto de Cuenca
Querida Laura:
Siento no haber podido asistir a la presentación de tu libro. Ya me había
comprometido con Juan Ruiz de Torres para ir a Trovador, por lo de la plaqueta
del 34 aniversario. Estoy convencido de que sería un éxito, como ya lo fue la
anterior presentación, a la que asistí. El libro es magnífico.
Un fuerte abrazo
Juan Calderón.
Amiga Laura::
He disfrutado mucho con tus
"fugitivas", que bien dicen de tu buen hacer como poeta.
¡Enhorabuena! RAFAEL SOLER
María Sangüesa García (sobre Fugitivas del mar)
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María ha escrito: "Me encanta lo que he leído de tu libro y la
estupenda presentación del pasado viernes. Mi enhorabuena, querida
amiga."
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Hola Laura. Perdona, pero tuve que irme antes de que acabara. Se
me juntan las cosas , y me tuve que ir a Madrid. Hubo mucha gente, así que ¡enhorabuena!
Laura Olalla Olwid
Gracias, amigo Fenoy, por tu presencia en la Casa de Extremadura; porque te
gustara mis Fugitivas y por tu generoso obsequio. No sé cuándo podré leerlo,
pero seguro que lo haré. Un cordial abrazo.
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