domingo, 28 de octubre de 2012

"MI SOMBRA SOBRE LA FALDA DE LA MONTAÑA"


PRÓLOGO PARA “MI SOMBRA SOBRE LA FALDA DE LA MONTAÑA”
(s. p. C. C. Federico García Lorca- 24-10-2012- Rivas)
POR LA ESCRITORA LAURA OLALLA (OLWID)

Hoy camino por un día caluroso del mes de julio –dicho metafóricamente, claro– , pues es obvio que para ajustarme a la propuesta de esta joven mujer, amante de la Literatura en  casi todas sus vertientes, que me ha requerido unas palabras a modo de prólogo para esta nueva entrega poética, necesito estar frente al ordenador.
Veo en la portada de su encuadernación manual una bella imagen  de su infancia junto a un fondo campestre que me ha resucitado mis propios recuerdos infantiles, y un título sugestivo y armonioso: “Mi sombra sobre la falda de la montaña” que, a buen  seguro,  inducirá a su lectura. Al contrario que Paul Verlaine, que  centraba más sus versos en los aspectos técnicos que en los sentimientos, esta joven poeta practica lo contrario; el verso libre es abundancia en sus páginas de recreo. Como todo poeta que se precie, sus versos tienen esa cierta dosis de ambigüedad –de la que en algún momento nos ha hablado el Escritor y Poeta Francisco Marquina– y que dejan  ese hilillo de descarga motivadora al  pensamiento del lector. “En todo poema sobra un verso”, una vez eliminado, repetir la operación…”El poema no se termina, se abandona”, me refería Ruiz de Torres, no hace mucho en la Feria del Libro… Hombre experto en Poesía y en sus tecnicismos; la poesía es cuando se descubre un mundo que no conocías, lo demás es prosa; la próxima vez hablaremos de Polisemia y Monosemia, me deja caer… Bretón nos hablaba de la poesía pura…pero como la poesía para mí es el eje que me sostiene muchos días y que se adhiere a la pedagogía del amor, a la pedagogía del dolor a través del inédito insistir de la palabra, puedo afirmar, resumiendo, que es el don que planifica el silencio en el reducto de amancipación del alma. Y de este alma quiero hablarles, de la de nuestra protagonista Pilar Escamilla Fresco:

Te miro, mirando al vacío /  porque estás lejos… pero te veo. Nos dice en su primer poema de amor mostrándonos así la confirmación del deseo…

Quiero creer que las caricias / húmedas que siembras / en mi espalada / volverán contigo… Plasma una ligera duda ante el anhelo y segura de sí misma nos ofrece otros dos maravilloso versos : A mi lado el miedo camina / de puntillas, para no herirme.

Sin futuro. Sin futuro. / Un pasado, sólo un pasado. / No nos amemos como amantes; /besémonos tan sólo, / tiernos besos alejados de los labios. La grata experiencia vivida acentúa la imposibilidad de seguir amándose como antes y llama al generoso placer de la amistad.

El quinto poema de la primera parte es un  alegoría  al presente venido del pasado; es tanta la belleza que plasma desde principio a fin que no sabría qué versos elegir como representación del mismo; no obstante señalaré algunos: Caminamos despacio por el sendero milagroso de nuestros / cuerpos. / Siembra, me dijiste, con tus deseos los míos; / riega, me pediste, con tus palabras mis sueños. / Y soñaste conmigo / más allá de mis sueños o de los tuyos.

La permanencia nos preocupa a todos, igualmente a Pilar. Escribe, en su poesía familiar, a la que dedica versos a su abuela y a su hija entre otros…: Tengo en ti un origen silencioso y cálido / Me gustaría, Edisa, tener más sangre tuya.

Nos habla de la fortaleza, falta de miedo y buen carácter, amable y sonriente de su amada abuela, huérfana desde niña. De Lauren, su abuelo, emigrante  por Europa y América y de la vida que la pobreza roba; de sus nostalgias y de ese gran amor que siempre la unió con ambos. Sus versos exhalan la gran riqueza interior de esta joven escritora que tiene todo el tiempo del mundo para seguir creciendo.

El silencio de nuevo viene a mí llorando palabras que le sobran, / que no quiere, que desprecia…Porque al verte, el temblor que suele acompañarme / se refugia en mi sombra…

En Hombres grises, alude al adicto al trabajo que no sabe vivir otra parcela que esta…En otros poemas toca la solidaridad, el reclamo a Dios ante los desastres naturales ó del hombre; una solidaridad extrema queriendo acaparar el dolor y llanto de los demás para sí misma en aras de la felicidad ajena.

Un poema cálido, tierno, repleto de dulzura nos lleva a la mujer embarazada, su propio embarazo; dialogando con el neonato…, transmitiéndole ya desde el vientre, seguridad, calor, amor.

El cuerpo pasea su mente por la ciudad, / las calles no calman el pensamiento / ; soledad se vislumbra ahora para continuar con nuevos anhelos y sueños: –Suéñame, y déjame soñar contigo. / Eres el único lujo que me permito./.

Sobre la melancolía nos da unas pautas en sus versos para hacerla desaparecer: –Respira suave,/ No pienses… Olvida. / No pienses… Respira.

En La mujer callada nos habla de la monotonía de la costumbre, de lo no realizado, de otras búsquedas más afines al propio yo de la mujer.

En Navidad, es la desesperanza, ante la injusticia social, la que exhorta al lector y a la propia extenuación del poeta.

Un homenaje a Frida Kahlo es su penúltimo poema, terminando el poemario con una despedida: –Mis versos te miran desde lejos / Dejad hueco para el canto de sirenas. / Esta es mi voz propia.

 Por “Mi sombra sobre la falda de la montaña” caminan de la mano amor,  desamor, anhelo, alegría,  tristeza, injusticia , desesperanza, solidaridad, esperanza… pero de lo que no cabe duda es de que Pilar Escamilla Fresco nos da una lección de buena lectora; así lo demuestran sus diferentes citas en este libro cargado de sensibilidad, sencillez y belleza.

Y termino con unas palabras de su esposo y también escritor Pablo Blaya : ­– Como llega la mañana/ con un manto suave / de sueños y brisa,/así llega tu poesía.

¿Hay algo más bello, después de la sonrisa de un niño, que el amor que se profesan los esposos?

          *La palabra es un monstruo con la gracia del cisne*. Dejemos que el hermoso cisne de esta autora lo defina el lector.

Laura Olalla
 (Olwid)