Como todos los años por estas fechas estivales, Junio se engalana para descubrir de nuevo el Monasterio de San Antonio, en la sierra madrileña. Lugar donde el espíritu renace en nosotros para glorificar a Dios con actos programados que entrañan amor y alegría. Este remanso de paz y de historia es ejercicio continuado de quienes buscamos y encontramos su mirada desde nuestros propios corazones. Gratitud, amistad, compañerismo.... todo en un paraje, casi celeste, por el merecimiento de su ubicación, su serenidad monacal y ese baluarte de la palabra divina que hondea en cada rincón de sus paredes de piedra y de sus Hermanos... El padre Amadeo, el padre Ángel... y tantos otros...¡Gloria a Dios en plenitud...!
