PRÓLOGO PARA “MI SOMBRA SOBRE LA FALDA DE LA MONTAÑA”
(s. p. C. C. Federico
García Lorca- 24-10-2012- Rivas)
POR LA ESCRITORA LAURA
OLALLA (OLWID)
Hoy camino por un día
caluroso del mes de julio –dicho metafóricamente, claro– , pues es obvio que
para ajustarme a la propuesta de esta joven mujer, amante de la Literatura
en casi todas sus vertientes, que me ha
requerido unas palabras a modo de prólogo para esta nueva entrega poética,
necesito estar frente al ordenador.
Veo en la portada de su
encuadernación manual una bella imagen
de su infancia junto a un fondo campestre que me ha resucitado mis
propios recuerdos infantiles, y un título sugestivo y armonioso: “Mi sombra sobre la falda de la montaña”
que, a buen seguro, inducirá a su lectura. Al contrario que Paul
Verlaine, que centraba más sus versos en
los aspectos técnicos que en los sentimientos, esta joven poeta practica lo
contrario; el verso libre es abundancia en sus páginas de recreo. Como todo
poeta que se precie, sus versos tienen esa cierta dosis de ambigüedad –de la
que en algún momento nos ha hablado el Escritor y Poeta Francisco Marquina– y
que dejan ese hilillo de descarga
motivadora al pensamiento del lector.
“En todo poema sobra un verso”, una vez eliminado, repetir la operación…”El poema
no se termina, se abandona”, me refería Ruiz de Torres, no hace mucho en la
Feria del Libro… Hombre experto en Poesía y en sus tecnicismos; la poesía es
cuando se descubre un mundo que no conocías, lo demás es prosa; la próxima vez
hablaremos de Polisemia y Monosemia, me deja caer… Bretón nos hablaba de la
poesía pura…pero como la poesía para mí es el eje que me sostiene muchos días y
que se adhiere a la pedagogía del amor, a la pedagogía del dolor a través del
inédito insistir de la palabra, puedo afirmar, resumiendo, que es el don que
planifica el silencio en el reducto de amancipación del alma. Y de este alma
quiero hablarles, de la de nuestra protagonista Pilar Escamilla Fresco:
Te miro, mirando al vacío
/ porque estás lejos… pero te veo. Nos
dice en su primer poema de amor mostrándonos así la confirmación del deseo…
Quiero creer que las
caricias / húmedas que siembras / en mi espalada / volverán contigo… Plasma una ligera duda
ante el anhelo y segura de sí misma nos ofrece otros dos maravilloso versos : A
mi lado el miedo camina / de puntillas, para no herirme.
Sin futuro. Sin futuro. /
Un pasado, sólo un pasado. / No nos amemos como amantes; /besémonos tan sólo, /
tiernos besos alejados de los labios. La grata experiencia
vivida acentúa la imposibilidad de seguir amándose como antes y llama al
generoso placer de la amistad.
El quinto poema de la
primera parte es un alegoría al presente venido del pasado; es tanta la
belleza que plasma desde principio a fin que no sabría qué versos elegir como
representación del mismo; no obstante señalaré algunos: –Caminamos despacio por el
sendero milagroso de nuestros / cuerpos. / Siembra, me dijiste, con tus deseos
los míos; / riega, me pediste, con tus palabras mis sueños. / Y soñaste conmigo
/ más allá de mis sueños o de los tuyos.
La permanencia nos
preocupa a todos, igualmente a Pilar. Escribe, en su poesía familiar, a la que
dedica versos a su abuela y a su hija entre otros…: Tengo en ti un origen silencioso
y cálido / Me gustaría, Edisa, tener más sangre tuya.
Nos habla de la fortaleza,
falta de miedo y buen carácter, amable y sonriente de su amada abuela, huérfana
desde niña. De Lauren, su abuelo, emigrante
por Europa y América y de la vida que la pobreza roba; de sus nostalgias
y de ese gran amor que siempre la unió con ambos. Sus versos exhalan la gran
riqueza interior de esta joven escritora que tiene todo el tiempo del mundo
para seguir creciendo.
El silencio de nuevo viene
a mí llorando palabras que le sobran, / que no quiere, que desprecia…Porque al
verte, el temblor que suele acompañarme / se refugia en mi sombra…
En Hombres grises, alude al adicto al trabajo que no sabe vivir otra
parcela que esta…En otros poemas toca la solidaridad, el reclamo a Dios ante
los desastres naturales ó del hombre; una solidaridad extrema queriendo
acaparar el dolor y llanto de los demás para sí misma en aras de la felicidad
ajena.
Un poema cálido, tierno,
repleto de dulzura nos lleva a la mujer embarazada, su propio embarazo;
dialogando con el neonato…, transmitiéndole ya desde el vientre, seguridad,
calor, amor.
El cuerpo pasea su mente
por la ciudad, / las calles no calman el pensamiento / ; soledad se vislumbra
ahora para continuar con nuevos anhelos y sueños: –Suéñame, y déjame soñar contigo.
/ Eres el único lujo que me permito./.
Sobre la melancolía nos da
unas pautas en sus versos para hacerla desaparecer: –Respira suave,/ No pienses…
Olvida. / No pienses… Respira.
En La mujer callada nos habla de la monotonía de la costumbre, de lo
no realizado, de otras búsquedas más afines al propio yo de la mujer.
En Navidad, es la desesperanza, ante la injusticia social, la que
exhorta al lector y a la propia extenuación del poeta.
Un homenaje a Frida Kahlo
es su penúltimo poema, terminando el poemario con una despedida: –Mis versos
te miran desde lejos / Dejad hueco para el canto de sirenas. / Esta es mi voz
propia.
Por “Mi
sombra sobre la falda de la montaña” caminan de la mano amor, desamor, anhelo, alegría, tristeza, injusticia , desesperanza,
solidaridad, esperanza… pero de lo que no cabe duda es de que Pilar Escamilla Fresco nos da una
lección de buena lectora; así lo demuestran sus diferentes citas en este libro
cargado de sensibilidad, sencillez y belleza.
Y termino con unas
palabras de su esposo y también escritor Pablo Blaya : – Como llega la mañana/ con un
manto suave / de sueños y brisa,/así llega tu poesía.
¿Hay algo más bello,
después de la sonrisa de un niño, que el amor que se profesan los esposos?
*La palabra es un monstruo con la gracia del cisne*. Dejemos que el hermoso cisne de esta autora lo defina el lector.
Laura Olalla
(Olwid)