sábado, 17 de noviembre de 2012

EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA


BREVES PALABRAS SOBRE <<EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA>>
DE  JUAN CALDERÓN MATADOR
POR LAURA OLALLA- 14-10-2012 –MADRID

            No puedo estar más de acuerdo con la paráfrasis hecha por el Filólogo D. Blas Muñoz a cerca de este poemario. He releído tus versos y adhiriéndome a todo cuanto he captado en el prólogo, puedo decir, sin temor a equivocarme que tengo en mis manos una obra madura, reflexiva y profunda, repleta de belleza; sabedora  por sí misma, del impacto que produce en el lector.
            La capacidad del poeta para desdoblarse y conjugar un pasado muy lejano con un presente, necesariamente ubicado en una realidad conexa, inherente a la provocación  y al desánimo, se hace eco en este poemario. El “yo” de la 1ª y 3ª partes, relacionado de forma especial con el observador de la 2ª es un espejo donde sentirse reflejado.
Luces y sombras. Ausencias y olvidos. Paralelismo de destinos. Mitologías que absorben  el sexo y sus ambigüedades. Desconciertos que alteran las exigencias del hombre. Pero éste no sucumbe. A medida que avanzo en su lectura, es mayor el vuelo de la palabra, forma y fondo, fusionados (buena técnica), en un grito de esperanza.
Ansia por retener el tiempo. Soldadura en el engranaje de la complejidad del complemento. El autor exhala su lirismo fotografiando su propio desnudo – sin importarle ser él o ella-, reencarnándose para vivir de nuevo. Se palpa el vacío existencial que atenaza a las almas sensibles. Pero, a la vez, la fuerza creadora le redime del paso de los días, con la aceptación de lo que somos: ¿brevedad encarnada?. Como en un buen relato –trama, desarrollo y desenlace–, el poeta se consagra a ese renacer en la muerte que dará nueva vida a la rueda del cosmos. Conoce el camino. La experiencia le permite atender al Amor en este nuevo tramo. Un amor repleto de ternura, visiona, hoy,  la concesión de otros, vividos con pasión intrépida. Este amor maduro vuelve a sus raíces en medio de esos miedos encontrados de los que todos tenemos patrimonio, ofreciendo su licor a quien desea quedarse.

“La espera es el remanso que ahonda en la inquietud
el trasiego que horada el corazón
del día o de la noche.

La vida es un enigma
como la primavera en el umbral del sueño
           que me vierte su nombre
          cuando asoma la voz ya de  regreso a casa.”

(Autora: Laura Olalla)

Querido amigo Juan Calderón. Puedes sentirte orgulloso de esta nueva entrega. Mis más humildes y sinceras felicitaciones. Haz tuyos estos versos, creados tras leer EL DESTINO NOS ATA Y NOS DESATA

 

 

1 comentario:

Juan Calderón Matador dijo...

Gracias, Laura, por tan generosas palabras dedicadas a mi poemario. Me alegra saber que tus preciosos versos surgieron a partir de la lectura del libro. Los poemas, como las cerezas, se enredan unos en otros. Besos.