jueves, 24 de febrero de 2011

La vida que nos observa...



“Carta al recuerdo”


Estoy sola en la espesa penumbra de mi mente que somete su majestuosidad al insomnio.

-¿De veras crees que vas a posponer tu censura al libre albedrío de los muertos?, la instigo. Divagas entre círculos febriles la hermosa manera de crear y vegetas, pálida, al encuentro de unidades libres, siempre ensayando, involucrada en el deseo.

Estoy sola y nunca mejor acompañada; claves secretas maduran, transportadas en luces que trascienden la barrera de un presente gigante en voluntad. Intento el equilibrio, un sigiloso ermitaño, que la haga comprender que es muy corto el camino..., irreproducible. Sus notas me llegan heliotropas, por sorpresa, más allá de un encierro forzoso, animado de gentil vocablo. Inmerso en la inflexión del deterioro, palpita un regazo. Un hombro sonoro, de un sonoro viento, se acerca a decirme que ya es tiempo de emprender nuevos vuelos, que el recuerdo perdura para itinerar olvidos. Y la estampa que de niña veía en mi rostro hoy se abre a un todo de nuevos retoños con la complicidad expansiva del recreo diario.

Estoy sola y mis pies avanzan por un sendero de amapolas que prenden en un huerto; donde el placer de su saber culinario fortalece el cuerpo y el alma de quienes se acercan cada día a saborear la festividad de este almuerzo.

Risueños los párpados, exquisito el placer que ostenta el compartir amigo, esta amante del verso quiere recordaros que la estancia en esta habitación de corazones abiertos, no es página en blanco sino el trasiego de un cálido y gratificante puerto.

Siempre en el recuerdo....

(Autora: Laura Olalla)


3 comentarios:

Emilio Porta dijo...

Intento el equilibrio, un sigiloso ermitaño...Sí, ese silencioso ermitaño es ajeno a la vida, Laura...porque la vida en sociedad es un desequilibrio continuo...Yo amo la soledad - qué paradoja, yo que no me puedo escapar a ella - porque en ella está la máxima libertad. Todos los escritores deberíamos amarla porque, sin ella...¿cómo reflexionaríamos, crearíamos mirada y distancia hacia la realidad, y la transportaríamos a la hoja o la pantalla del ordenador? Tiempos duros estos donde la elección parece siempre imposible, como si todo estuvieras predeterminado y el margen para enfrentarse al destino fuera ínfimo...Sólo podemos luchar con la imaginación...y tratar de que la vida no nos venza...
Me ha hecho pensar todo esto tu texto...Y cuando uno recibe la incitación de la sugerencia es que el texto leído, recibido, se escapa de la propia voluntad del autor y llega al lector con vida propia...A veces el lector comprende al autor..y, a veces, si hay interacción, como aquí, y el lector contesta, el autor puede acercarse al lector. Un abrazo, Laura.

Emilio Porta dijo...

Y hermosa pintura...al lado de tan buen texto, que supongo que es tuya. No todo el mundo puede exponer...al lado de sus textos.

Laura Olalla dijo...

Una gran paradoja, diría yo, Emilio. La vida se semeja más a eso ¿no crees?. Indudablemente los seres humanos somos de complejidades semejantes pero únicos en esencia; y precisamente es esa complejidad la que nos aborta el estado inmediato a las propias necesidades...Andamos , como bien sabes rotando y la similitud del mismo estadio es lo que nos proporciona esa especie de filin, que hace que la interacción significativamente más exclusiva.
Te agradezco enormente tus palabras a mi breve texto y a mi pintura acrílica. Siempre es un gran placer recibir tus vocablos de buen profesional y ese abrazo sincero del amigo.
Recibe el mío con mi más cálido afecto.